Medioevo: el canto gregoriano
Los cantos gregorianos son plegarias anónimas cantadas exclusivamente por monjes. Es un
canto monódico (solo tiene una línea melódica), cantado a cappella (carece de
acompañamiento) e ineterpretado solamente por voces masculinas. Las voces lo
interpretan tanto en forma coral, tanto como en forma solista.
Sus textos,
escritos en latín culto, expresan una profunda religiosidad y constituyen la
razón de existencia de estos cantos. Algunos de estos textos están en la Biblia, otros no. En realidad el
canto del texto se basa en el principio de que, según San Agustín, «El que
canta bien, ora dos veces».
El canto
gregoriano jamás podrá entenderse sin el texto, el cual tiene estrecha relación
con la melodía y es el que le da sentido a ésta. Al interpretarlo, los cantores
deben haber entendido muy bien el sentido del texto y deben
evitar cualquier impostación de la voz de tipo operístico en que
se intente el lucimiento del intérprete.
Aún se cantan en nuestro tiempo, con la misma devoción religiosa con que se cantaba en sus orígenes. Escuchar estos cantos nos permite un estado de relajación y concentración para la meditación y el crecimiento espiritual.
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